viernes, 7 de agosto de 2009
El Silala y la terquedad de Reyes Villa
En febrero de 2002, el improvisado y saliente presidente a.i. Tuto Quiroga Ramírez reunió a los presidenciables en carrera para condicionar la viabilidad de la sucesión presidencial a que todos y cada uno de los aspirantes hiciese el compromiso de dar continuidad al trato entre el tutismo y la transnacional Pacific LNG para sacar el gas bolivianos por territorio chileno. Era el desproporcionado negocio del magnate chileno de los ferrocarriles Andrónico Lusik Abaroa y del más angurriento neoliberal altoperuano de nueva cepa: Tuto. Por cuestión de doctrina nacionalista y casi por reacción refleja de militar, el entonces jefe nacional de Nueva Fuerza Republicana, Manfred Reyes Villa, se negó a asumir tan nefasto compromiso y selló con ello sus posibilidades de ser presidente. Así lo manifestaba por lo menos uno de los ex asesores del gonismo, el periodista argentino del diario Página 12 Oscar Guisoni, en una publicación emblemática de esa época: el semanario Juguete Rabioso. Eran las épocas en que se leía en los muros de La Paz la consigna "El MAS defiende el gas"; eran tiempos en que el concepto de "república" en alguna sigla política sonaba distante e incomprensible. Reyes Villa salió a los medios a denunciar el intento de condicionamiento que pretendía imponer Quiroga a los candidatos y el capital chileno que patrocinaba al tutismo empezó su campaña para inviabilizar la candidatura del ex militar, que a ojos de la Embajada de EEUU - tan o más interesada que Chile en el negocio de Pacific LNG - se percibía como un perfil de corte chavista. Cómo han cambiado los papeles. Quienes por entonces cerraron filas para frustrar el negocio de Tuto, la embajada americana y los capitales chilenos, hoy pretenden pagar el importe de dos años de sostén artificial al régimen Morales con una concesión territorial melgarejiana al gobierno chileno. El MAS ya no defiende el gas; ya sus principales cuadros se farrearon la mejor coyuntura energética de los últimos 20 años en generar un nuevo capitalismo (el capitalismo andino). El MAS ya no defiende la soberanía; ahora Evo Morales pretende hacer lo mismo que quiso Tuto Quiroga: corresponder a las dádivas de Santiago con territorio y recursos naturales de los bolivianos. Algún Podemista extraviado en el senado trató de explicar el fenómeno diciendo en una radio muy popular "ahora evo sabe que otra cosa es ser gobierno", como queriendo decir que lo inteligente para cualquier gobierno es no contrariar la voluntad de un estado chileno que puede sustentar lo mismo que volcar a cualquier gobierno boliviano no afín. Quizá hacer lo que Evo hace nos ea patriótico ni ético, pero sin duda es lo políticamente conveniente para su gobierno. Por eso no deja de sorprender que nuevamente sea un Reyes Villa en carrera presidencial quien decida volver a ponerse en situación de que los capitales chilenos y la embajada de EEUU declaren nuevamente su candidatura como "inviable". No hacen 24 horas que el ex prefecto declaró en Sucre que "Evo paga la factura del apoyo incondicional de Chile a su gobierno con concesiones que le resultarán costosas a la soberanía boliviana sobre el Silala". ¿Sabrá Reyes Villa que lo que está haciendo puede ser lo patriótico y lo correcto, pero que es lo políticamente equivocado? ¿Entenderá que esa puede ser la política de un militar patriota, pero que de ningún modo puede ser la de un candidato, en un país donde Chile y EEUU están acostumbrados a decidir quién llega y quien sale de Palacio Quemado? Por Dios que yo apoyo al hombre, pero mucho me temo que esa reacción casi refleja de doctrina castrense, esa misma que le costó la candidatura en 2002, podría haber activado nuevamente el aparato del poder económico transnacional para trabajar en obstruir de nuevo la candidatura de quien una vez más se pone frente a los intereses geopolíticos chilenos.
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